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La Peña valencianista Masclet Blanc i Negre y la Peña valencianista de Utiel, protagonistas en L’Informatiu de VCF Radio
Ver a Carlos Soler asentado en la élite luciendo el escudo del Valencia CF es muy gratificante para todos los técnicos que lo han dirigido en la Academia VCF desde que entró con solo siete años, en 2004, a jugar con el Prebenjamín A. Tras firmar su renovación con el club hasta 2023, VCF MEDIA ha repasado con una representación de sus técnicos recuerdos y anécdotas de su etapa formativa, categorías en las que brillaba, siempre teniendo los pies en el suelo, sin perder su humildad ni su sonrisa que tanto le caracteriza.
Raúl fue el primer entrenador de Carlos Soler en la Academia del Valencia CF, en el Prebenjamín, y “ya marcaba la diferencia. En aquella época era un delantero puro y cuando íbamos a jugar torneos, todos los equipos de Primera División le conocían y ya te preguntaban por él”. Esa temporada marcó 100 goles, recibía el balón, regateaba a los rivales, chutaba y marcaba. “Era un jugador increíble, muy aplicado y siempre le acompañaba una sonrisa. Ese año ganamos todos los partidos con el equipo y también cuando hacíamos una selección de prebenjamín”, recuerda su técnico en el Prebenjamín ‘A’.
Han pasado bastantes años desde que se enfundó por primera vez la camiseta blanquinegra, su posición en el terreno de juego ha cambiado, pero como reconoce Raúl, “es un futbolista muy cumplidor y en cualquier posición cumple siempre con una nota de 8 para arriba. Como vemos, Carlos tiene mucha llegada y cuando recibe el balón cerca del área marca la diferencia. Siempre sabe muy bien lo que tiene que hacer”.
Fue el entrenador en segundo año de benjamín y recuerda que “era un niño con muchísima ilusión y dedicación para conseguir lo que para él era un sueño, que era llegar a ser futbolista profesional, más aún en el equipo del que es seguidor. En aquel momento jugaba en cualquier posición del centro del campo para adelante, era muy buen regateador, tenía muy buen tiro, se desmarcaba mucho, buscaba el balón, muy veloz y potente. Estaba siempre muy atento a todo, absorbía todo lo que podía”.
Aunque en aquella época, la élite aún quedaba lejos, su ilusión iba a llevarle a ella, como reconoce Xavi Tamarit: “Destacaría la ilusión que se le veía y lo que rodea la ilusión por conseguir algo: el esfuerzo, el empeño, la constancia, la atención, la perseverancia, y también destacaría su contexto, su familia. Es otra de las cosas que hizo a Carlos ser como es, humilde, con esa capacidad de aprendizaje y ser buen chico, muy centrado en lo que quiere”.
Una de las anécdotas que recuerda, y a la vez, una muestra de su capacidad de liderazgo, llegó en los instantes previos de un partido ante el Villarreal CF, cuando se acercó a mí y me comentó: “le voy a pegar directo a puerta en el saque de inicio, voy a hacer gol. Y nada más pitar, disparó desde el mediocampo y marcó. Confiaba mucho en él. Los compañeros, cuando Carlos estaba en el campo, notaban que creían más en la victoria o en lo que se quería conseguir”.
Como técnico ayudante del ‘Flaco’ Pellegrino, Xavi ya se ha enfrentado varias veces a él. “Verle en el primer equipo supone una gran alegría, además, Carlos Soler va a marcar una época en el Valencia CF y va a ser importante en la historia del club, siendo un chico valenciano, formado en la Academia, que además tiene un margen de mejora muy grande”.
Dirigió a Carlos dos temporadas en su etapa alevín, aún quedaban muchos escalones para llegar al mundo profesional, pero como reconoce Titín, “se veía que, si todo seguía por su cauce, podía llegar a la élite, igual que varios compañeros de equipo como Lato, Jaume Grau, Pedro Chirivella, Javi Jiménez…”. ¿En qué destacaba en aquella época? Titín lo tiene claro: “Era el mejor jugador de España, tenía un talento descomunal, un golpeo de balón exquisito, rápido con el balón. Y tenía un golpeo a balón parado maravilloso. Era muy creativo, tenía un juego asociativo muy bueno y le gustaba participar en el juego”.
En la XIV Edición del Torneo Internacional Alevín de Fútbol 7 disputado en Navidad en Arona, a pesar de no llegar a la final, Carlos era el capitán del Valencia CF y fue elegido mejor jugador del torneo. Desde entonces ha crecido a todos los niveles, pero “no ha cambiado su personalidad y sigue siendo muy humilde. Carlos siempre ha tenido una cabeza muy amueblada y ha tenido un entorno muy bueno que tenía las cosas claras”.
Son muchas las anécdotas vividas juntos, algunas, como recuerda Titín que nunca olvidará: “Aunque le llamábamos ‘chino’, a veces le decía de forma cariñosa que era ‘las dos menos diez’ porque caminaba con las dos piernas un poco abiertas. Me alegro muchísimo de ver todo lo que ha conseguido”.
En su etapa Infantil, fue Nico Estévez uno de los entrenadores del centrocampista. “Me acuerdo cuando llegó al prebenjamín y su paso por Fútbol 7 en aquel entonces, que jugaba más como extremo derecha y delantero. Cuando lo tuve en el Infantil A, Carlos venía de jugar como delantero, pero al tener muchos más registros como jugador pensé que podríamos utilizarlo como falso nueve para darnos superioridad por dentro al venir él a recibir entre líneas. Luego fue retrasando su posición a la de media punta y Rubén Mora fue quien lo puso como medio centro en el Juvenil B. Pienso que todas esas experiencias le han servido para ser un jugador con capacidad para adaptarse a jugar por dentro y por fuera”, reconoce Nico.
“Siempre ha sido una persona educada, buen compañero, risueño, le gustaba gastar bromas. Como jugador su desarrollo paso por diferentes etapas que lo han llevado a ser el jugador que ahora es. Siempre ha sido un jugador ofensivamente completo, con gran visión de juego, gran finalizador y una gran capacidad de asistir. Defensivamente un jugador que siempre se ha esforzado y que con los años y diferentes entrenadores que ha tenido ha ido mejorando mucho, cómo se posiciona, las ayudas que hace, la capacidad de anticipar acciones que tiene”, señala Nico, “se ha convertido en un jugador más versátil, ya que su capacidad de entender el juego le posibilita jugar en diferentes posiciones”.
Para Nico Estévez, “Carlos siempre ha destacado por su habilidad técnica e inteligencia, es un jugador muy elegante técnicamente, capaz de ejecutar acciones técnicas a un alto nivel y un gran golpeo de balón. Además, su inteligencia le permitía, siendo más menudo que sus rivales, ya que su desarrollo físico fue más lento que el de otros chicos de su edad, jugar a gran nivel sin ser ello un problema, es más pienso que le ayudo a desarrollar su entendimiento del juego aún más”.
Verle ahora asentado en la élite, para Nico “es un gran orgullo y felicidad, hemos visto su evolución dentro y fuera del campo, los buenos y malos momentos por los que ha pasado, cómo los ha superado, creo que es un gran ejemplo para todos los chicos que están en la Academia, ya que su camino no fue fácil y su perseverancia, dedicación y paciencia, además de sus cualidades, le han llevado donde hoy está”.
Primero entrenó a Carlos en la selección valenciana alevín, ya en la Academia VCF en categoría cadete, periodo en el que el futbolista vivió una experiencia distinta a lo que estaba acostumbrado por su físico. “Sufrió mucho en su primer año como cadete, al equipo llegaron otros delanteros como Rafa Mir o Toni Martínez y comenzamos a retrasarle la posición, lo que le permitió intervenir más en el juego asociativo”, recuerda ‘Taja’.
Uno de los aspectos del juego en el que destacaba era en las acciones de estrategia: “En cada acción a balón parado, el balón llevaba música dentro del área. Cuando nos pitaban una falta lateral, frontal o un córner podías estar tranquilo teniéndole a él. Era muy exquisito. En su etapa alevín era habitual que cuando nos señalaban una falta en la frontal, si no estaba en el campo, salir, lanzarla y marcarla, como si fuera balonmano. Tiene un guante en el pie”.
Para ‘Taja’, verle ahora en el primer equipo “es gratificante, un jugador referente y un camaleón porque puede jugar por las bandas y por el centro. Dara mucho más cuando esté asentado. No para hasta que consigue las cosas”.
Lo entrenó en una selección de benjamines antes de dirigirlo en su primer año como Juvenil, etapa en la que confirmó su proyección asumiendo el rol de ‘8’ distribuyendo el juego del equipo. “Técnicamente ya era un jugador superdotado y el golpeo de balón que tiene es espectacular”, afirma Rubén, “es muy competitivo y decisivo en casi todas las acciones que hace”.
¿Por qué cambió de posición? “Se juntó una lesión (Javi Pérez de Lucía) y veíamos en Carlos que tenía llegada al área, se incorporaba muy bien desde segunda línea y el golpeo con el balón era buenísimo. De 40 pases que hacía, 39 eran buenos. Dominaba el juego y como mediocentro veíamos a un Baraja salvando las distancias. Y salió bien. Intervenía en casi todas las acciones del partido y lo hacía bien”.
Fuera del campo, Rubén destaca “su sonrisa y humildad. Siendo el mejor siempre no tenía salidas de tono, sigue siendo el mismo. Como técnico formador, que un niño entre en la Academia con siete años y llegue a ser importante en el primer equipo es increíble y de una gran satisfacción. Es un jugador que ama y respeta al club, a las personas que tiene alrededor, top también como persona. Dentro de poco será un jugador de selección española”.
A pesar de la rivalidad con los otros clubes, Rubén Mora recuerda un partido jugado en Burriana: “Fue titular y cuando lo cambiamos, la gente se levantó de sus asientos y le aplaudió del espectáculo que había dado. Era un genio”. Hace dos años, ya como jugador del primer equipo, se le propuso a Carlos Soler y a Lato ir a “darle una sorpresa a un niño que sufrió un aneurisma cerebral sin que se hiciera público y no dudaron en acudir. Son detalles que le hacen más grande aún de lo que ya es en el campo”.
“Recuerdo que tenía unas condiciones excepcionales con el balón, tanto en el golpeo para el pase y demás, pero le faltaba mejorar en el trabajo defensivo”, recuerda Baraja, que entrenó a Carlos en el juvenil, destacando que “lo mejor que tenía era su mentalidad y muy inteligente para ser entonces juvenil de segundo año, porque entendía el juego y aprendía rápido”.
Para el actual entrenador del CD Tenerife, verle asentado en el primer equipo del Valencia CF “supone una gran alegría porque se lo ha trabajado mucho y el fútbol profesional no te regala nada”.
¿Una anécdota? Afirma Baraja que hace dos pretemporadas, en el verano de 2018, “le mandé un mensaje diciéndole que por qué no se atrevía a coger el dorsal ‘8’, que para un mediocentro es fetiche… ¡Y se atrevió!”.
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