Después de dos temporadas exitosas, proceso en el que el grupo le puso la guinda conquistando el título de Copa tras vencer al FC Barcelona, volviendo a ser campeón once años después, la plantilla está demostrando en el día a día que no va a caer en la complacencia. Y así se está viendo en el trabajo diario.
Sigue con “hambre” de crecer, a pesar de que tras dos años de éxito existe el riesgo de pensar que todo pueda ser más fácil o acomodarse, pero son dos reflexiones que no tienen cabida en el vestuario del Valencia CF. Los futbolistas no están dispuestos a levantar el pie del acelerador, como demuestran con su actitud en los primeros entrenamientos de la pretemporada.
Todos son conscientes que la temporada 19.20 va a ser muy exigente, no va a ser nada fácil repetir los logros del curso pasado, el grupo no se marca objetivos a largo plazo y va a pensar partido a partido, poniendo siempre el foco en la siguiente cita, pero con la ambición de crecer. Y habrá que sufrir, pero como comprobó el Valencia CF la temporada pasada, “las grandes satisfacciones siempre van precedidas de grandísimos esfuerzos”.
El grupo respira ilusión, tiene ganas y mucha ambición, ha comenzado trabajando a tope, porque, con la máxima humildad, sigue teniendo hambre para seguir creciendo en un curso que va a ser muy exigente y complicado.