Miguel Ángel Ferrer ‘Mista’, uno de los grandes protagonistas de la final de la Copa de la UEFA de Goteborg ante el Olympique de Marsella, de la que hoy se cumple 16 años, comentó este martes en VCF Media que “el tiempo vuela. Fue una noche especial para nosotros, para el valencianismo y creo que para todo el que tiene memoria y recuerda aquello. Es inevitable que se te vengan a la cabeza las vivencias de aquella Liga y Copa de la UEFA, de aquel año maravilloso que nos marcó a todos. El tiempo pasa rápido, pero afortunadamente quedan los recuerdos y eso no nos lo quita nadie”
Fue, sin duda, la final continental perfecta. “Siempre lo digo. Es como si de pequeño me hubieran dicho, ¿qué sueño quieres cumplir? Me gustaría jugar una final, ser el mejor jugador, ganar un título europeo... Y aquella noche se me cumplieron todos los sueños en noventa minutos y soy un afortunado por haber vivido aquello y, sobre todo, haber pertenecido a la familia del Valencia CF”.
De esa maravillosa noche en el Ullevi Stadium de Goteborg, lo primero que recuerda “es cuando acaba el partido, sobre todo, hay que ponerse un poco en situación. Había mucha gente que en años anteriores había perdido una final de competición europea, como fue la Champions. Había muchísimos compañeros que el fútbol les debía algo. Ver esa exaltación, ese peso quitado de encima, era como decir, por fin, el fútbol nos ha devuelto lo que nos debía y, sobre todo, ver la cantidad gente de Valencia que había tan lejos de la capital del Turia y que disfrutaron tanto con nosotros”.
Viendo la imagen de su acción que provocó el penalti y la expulsión del portero francés, Mista matizó que “ése era el típico centro de Curro (Torres) que siempre iba al segundo palo. Controlo bien, veo a Barthez encima, no puedo rematar y creo que fue la acción que cambió el partido. A partir de ahí, ellos se quedan con un jugador menos, acaba la primera parte, nos vamos al descanso ganando 1-0 y con la superioridad de hombres en el campo. Fue determinante para que, en la segunda parte, el equipo estuviera más asentado. Collina (árbitro de la final) no tiene dudas, estaba cerca, bien colocado y antes de centrar Curro él ve que me desmarco al segundo palo. Todo fue de maravilla. Luego, Vicente coge la responsabilidad, que hay que tener valor para tirar el penalti y su gol fue el que nos abrió el camino para ganar el título”.
También explicó cómo marcó el 2-0 en la final europea. “No me quedaba otra que pegarle así. El balón bota y el defensa se me echaba encima, el balón de Vicente es muy bueno, me bota delante, la mitad del gol es el control, se me queda perfecta, el portero se queda a media salida y le pego de empeine exterior. Estos quince segundos son los mejores de mi vida futbolística. Fue un momento mágico y maravilloso para todos nosotros y ver ese gesto del banquillo. Todo el mundo sabía que el título europeo, por fin, no se nos iba a escapar ya”.
Fue una temporada increíble con el doblete de títulos. “Ninguno de nosotros, en aquel momento, era consciente de lo que podía suponer lo que estábamos haciendo. Fue una de las claves, que la mayoría de la plantilla estuviese tan metida en el trabajo y no pensara lo que podía suponer para el futuro del Valencia CF. Para nosotros, aquellos años, son imborrables y la gente se sigue acordando con mucho cariño de lo que pasó”.
La clave de tanto éxito se debe, según Mista, a que “teníamos el ejemplo bueno de la primera temporada, en la que ganamos la Liga, y un mal ejemplo del año siguiente. Sabíamos lo que habíamos hecho bien y mal y ese año nadie bajó los brazos ni se relajó, porque teníamos muy claro cuál era nuestro objetivo. Y es que lo que caracterizaba a aquella generación es que, afortunadamente, no dependíamos de nadie, era el grupo, y creo que el tiempo nos acabó dando la razón y, sobre todo, a Rafa (Benítez) que era el gran artífice de aquello”.
Mista también recordó la primera acción defensiva de Ayala sobre Drogba, donde el Valencia CF marcó territorio y con la que el rival se dio cuenta de que iba a ser difícil ganarle, que a todos los niveles fue su mejor noche, la seguridad del equipo, la autoridad con la que se ganó, las rotaciones, las semifinales y su penalti lanzado al Villarreal, ver a sus padres en Goteborg disfrutando de la final de Goteborg y, en especial, ver la enorme satisfacción de los jugadores en el vestuario tras ganar el título.
Para el ariete de Caravava de la Cruz la temporada 2004-05 fue de ensueño. El Valencia CF conquistó el título de Liga y Copa de la UEFA y, a nivel personal, jugó 46 partidos oficiales y marcó 24 goles. “Ha sido el mejor año no sólo del Valencia CF sino de todos los componentes de aquella plantilla. Es un año inolvidable. Lógicamente, yo me beneficié de jugar al lado de Aimar, Vicente, Baraja, Rufete, Angulo... Yo era el delantero y tuve la suerte de tenerlos cerca y ellos me facilitaban mucho la labor. Pero de todo aquello lo primero que le viene a la cabeza es el sentido de la palabra equipo”.
Sobre la situación en Canadá el exdelantero blanquinegro destacó que “afortunadamente el virus parece que ya va remitiendo aquí, los casos son cada vez menores, hemos tenido cierta normalidad dentro de la gravedad del asunto y veo que vais más avanzados que nosotros en los entrenamientos. Esperamos en breve poder copiarlo”
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